J. dioica posee hábito arbustivo que crece a través de rizomas subterráneos, de la familia Euphorbiaceae. Su altura va desde 0.5 m a 1.5 m de altura; de tallos suculentos, flexibles, lisos, color café rojizo brillante, con ramificación monopodial; hojas generalmente fasciculadas, pecioladas lineares a espatulazas de 5 a 7 cm de largo por 1 a 3 cm de ancho, bordes enteros; flores fasciculadas, colocadas a lado de las hojas, el cáliz se encuentra unido a la base, corola con tubo definido, las flores masculinas con cáliz de 3 a 3.5 mm de largo, color de la corola blanquecina de más o menos el mismo largo, ovario con 1 o 2 lóculos y estilos; frutos de 1.5 cm de largo y ancho, con frecuencia asimétrico, apiculado, ligeramente alado, dehiscente y con una sola semilla, esta es subesférica, algo aplanada en la superficie ventral, de alrededor de 2 cm de diámetro, de color café con muchas contrastantes, casi lisa carúncula diminuta; raíces gruesas, con capacidad de reproducción asexual por medio de rizomas.

A nivel nacional se localiza en los estados de Aguascalientes, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Ciudad de México, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas y Querétaro. Se encuentra principalmente en matorrales xerófilos, del NE hasta el centro del país. El uso medicinal que con mayor frecuencia se da a J. dioica es para evitar la caída del cabello para lo cual se cuecen los tallos, la planta entera o la raíz machacada en agua, y con este líquido se enjuaga el cabello después de lavarlo. Otra forma de uso es hervir la planta para aplicarla en forma de cataplasma, o bien sólo se cuece. El agua resultante de la cocción es utilizada en forma de baños para quitar la sarna o en lavados para aliviar la infección de golpes, heridas y granos, aseando previamente con jabón de pasta neutro.